¿No puedes dejar de pensar en algo especial?
Despeja tu mente y dedícale unos minutos al día a descansar y olvidar los
problemas.
En algún momento de la vida todos han pasado
por un momento de frustración en donde ese "algo en especial" puede
ser desde un día de trabajo duro, una pareja que se ha ido o un evento para el
que se está muy nervioso.
Esta situación puede ser muy frustrante porque
sucede dentro de tu mente, dentro de tu propio dominio; y sin embargo, no eres
capaz de controlarlo y quedas desamparado ante estos pensamientos que invaden y
llenan tu mente.
Pero, ¿por qué suceden? La respuesta podría
estar en que ciertas regiones del cerebro que controlan el flujo del
pensamiento no se encuentran en su mejor capacidad. Cualquiera que sea el caso,
todo mejora en el preciso instante en que traes paz a tus pensamientos.
Los siguientes cuatro pasos proponen un método
para liberar tu mente de esos pensamientos productores de ansiedad utilizando
aspectos propios de la tradicional meditación budista, el budismo Zen y la
práctica de la atención. Sin embargo, también tienen cierta relación con las
terapias de comportamiento cognitivo y alude a la neuroplasticidad del cerebro.
La neuroplasticidad del cerebro se refiere a
que el ser humano es capaz de usar su propia mente para alterar, de manera
fisiológica, la estructura del cerebro.
De esta forma, con el tiempo, los bombardeos
de estos pensamientos se vuelven cada vez menos probables.
PASO 1: Separa tiempo y espacio
El primer paso para silenciar tu mente es
básico en cualquier práctica de meditación: establece un tiempo y un espacio
para llevarlo a cabo.
Para los principiantes, la meditación cuenta
con una credibilidad ganada a pulso: es considerada por muchas personas como
altamente efectiva, tanto en terapias psicológicas como fisiológicas. Es por
eso que se insiste que a este proceso se le otorgue el respeto necesario – y
tomarlo en serio –, haciendo de lado un poco de tiempo, espacio y energía para
un esfuerzo sincero.
No basta ofrecerle el tiempo de sobra antes de
dormir o mientras se está acostado en la cama: es importante dedicarle un par
de minutos. Es un compromiso que se asume para calmar la mente: 15 minutos en
la oscuridad de un cuarto, por ejemplo.
PASO 2: Aclara tus objetivos
El siguiente paso es recordarse a uno mismo la
razón de la meditación: serenar la mente de cualquier cosa que le esté
molestando para que puedas seguir adelante con tus actividades cotidianas de
una mejor manera, ya sea descansando un fin de semana o para disfrutar de un
mejor sueño. A este paso se le puede llamar "establecer la
intención".
Adelante y relájate ante cualquier intento de
contener tus pensamientos más inflamatorios y vívidos; así como las imágenes
relacionadas con todo lo que está acosando a tu mente. Piensa en ti mismo como
si te estuvieras preparando para una limpieza neurológica y desecha todos esos
pensamientos negativos.
PASO 3: Asegura tu concentración
Este siguiente paso es más como un paso
intermedio, una pausa hacia el paso 4.
Existe un tipo de meditación budista llamada
samatha que promueve la concentración enfocada en un objeto seleccionado. Esta
habilidad meditativa primero se debe adquirir y luego pulir.
PASO 4: Practica la atención
Este último paso, una mezcla hábil de lo antiguo con lo moderno, te obliga a comprender la práctica de la atención en un ambiente de meditación.
Para una mejor comprensión, están las palabras del monje Nyanaponika: "la atención es la clara y única conciencia de todo lo que en realidad está pasando alrededor y al interior de nosotros; en ese mismo momento percibe esos pensamientos molestos y los repasa con una fría lógica tal y como si fuera una tercera persona.

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